24 de febrero 2024
En el invierno de 2023 se hizo la Brevet 400 km. “Centenario”, bajo un clima apocalíptico de frío y fuerte lluvia que provocó que muy pocos(as) ciclistas lograsen terminar la ruta (mi relato de esa brevet aquí).
Así que, en 2024, Brevet Chile hizo la misma ruta de 400 km, denominada “la revancha”.
Esta revancha sería, eso sí, en verano. Pero no había que confiarse ya que la noche en la costa suele ser siempre helada, y además en los días previos hubo algo de lluvia, como para rememorar la versión del año anterior.
Independiente de la estación, la ruta de esta brevet se mantiene muy exigente. Tiene un desnivel que, no siendo exageradamente alto, puede desgastar silenciosamente y sin darnos cuenta, agotando las fuerzas de forma anticipada. El clima es muy cambiante; parte muy caluroso y pasa a ser muy helado durante la noche, lo que exige planificar y administrar cosas como la ropa. Se suma el factor de atravesar toda una noche con la concentración y autocuidado que ello implica.
Esta vez, para la ropa, probé y arriesgué un poco, llevando muy mínimo abrigo. Supuse que llegaría a sentir frío, pero que éste no llegaría a inhabilitarme. A la tricota con la que partí, agregué una primera capa y un cortaviento sin mangas.
En bicicleta: un bolso de sillín pequeño, un bolso en el tubo horizontal del cuadro, 2 luces delanteras y una luz trasera roja.
En el bolso de sillín: 3 cámaras, CO2, desmontadores, pinza, pilas y luz trasera de repuesto.
En el bolso del cuadro: 1 primera capa, 1 par de calcetines (que no ocupé) y comida (panes, barritas, geles, dulces y carbohidratos en polvo).
En la tricota: comida, bombín, cortaviento, teléfono, documentos y dinero.
Mi “estrategia” (si acaso tuve alguna ¿?) fue simplemente lo mismo que habitualmente hago: mantenerme siempre avanzando en un ritmo no exigente y constante (similar a ir caminando), y detenerme sólo en los puntos de control para lo justo y necesario. Supuesta e idealmente comería sólo lo que llevaba conmigo, sin comprar algo adicional. Conocía bien la ruta, tenía buena noción de su exigencia y visualizándola en su totalidad podría administrar bien el esfuerzo, buscando no sentirme cansado hasta completarla.
La ruta:
La Vuelta a Tunquén
Partí a las 17:00 hrs, desde el Parque O’Higgins en Santiago, con mucho calor, hacia el norte por calles urbanas lentas, hasta dar con la Caletera de la Autopista Central, por donde conectamos con Lampa hasta llegar a Tiltil. Allí estaba el primer Punto de Control (Km. 67), donde llegué a las 19:15 hrs. Me tomé un Gatorade, rellené mis botellas y seguí hacia la Cuesta La Dormida, rumbo al Punto de Control N°2, ubicado en Villa Alemana (Km. 119).
En la cima de la Cuesta La Dormida, rápidamente el calor pasó a frío, sensación que se acrecentó en la bajada. En la cima me puse un cortaviento y seguiría así hasta el Punto N°3 (Tunquén, Km. 193).
Desde la partida hasta la Cuesta La Dormida no me sentía bien del estómago y de fuerzas. A partir de la bajada, sin embargo, me sentí mejor y pude seguir con normalidad. La oscuridad dificultaba advertir hoyos en el camino rumbo a Villa Alemana y estuve a punto de “comerme” alguno, así que por precaución bajé el ritmo.
En el PC N°2 de Villa Alemana, al que llegué a las 21:30 hrs. aprox., había muchos ciclistas que habían partido en los grupos anteriores (16:00 y 16:30), reabasteciendo, abrigándose o descansando un rato. No me tomé mucho tiempo aquí y seguí la ruta atravesando el sector de Lo Orozco, camino que es algo engañoso por sus repechos que, sin lucir muy duros, acumulan desgaste de a poco. La segunda mitad de este tramo cruza la zona de Melosilla, por un camino angosto, muy oscuro y desolado, entre densos bosques y con algunos repechos de respetuosa pendiente.
Después de cruzar todo eso, y aproximándome cada vez más a la costa, llegué a Tunquén para subir el famoso “muro” y, arriba, marcar el paso por el PC N°3 (Km. 193), a las 01:30 del domingo 25 de febrero.
El siguiente tramo era de 80 kilómetros, hasta el PC N°4 ubicado en Santo Domingo (Km. 273), el que era el único punto de control presencial de esta brevet.
Aquí comencé a sentir más frío, especialmente en las bajadas, lo que se compensaba en las subidas que ayudaban a entrar en calor.
En el kilómetro 240 aproximadamente, junto al peaje Troncal Lagunillas, había un quiosco donde me tomé un café caliente que algo ayudó. Desde ese punto, el camino se cubrió de una neblina muy densa que, además de mojarme entero, dificultaba la visión. Por suerte, a esta hora no había mucho tránsito de vehículos.
Llegué así, entero mojado al Punto N°4 en Santo Domingo (Km. 273). Sentía ya menos frío que antes, y estaba bien para continuar tal como iba hasta ese momento. El PC 4 era en un centro deportivo, muy agradable, con buen espacio para pasar el frío, comer, reabastecer y descansar. Aquí comí algunos snacks, rellené botellas, baño y reanudé a las 5:40 hrs.
La alta humedad continuó hasta cerca del amanecer, el que ocurrió después de la cuesta Cuncumén cuando pasaba cerca de Puangue, próximo a alcanzar el Punto N°5 de Melipilla (Km. 334). Como anécdota, por ese sector un perro que no alcancé a advertir me alcanzó y chocó con la bicicleta; por suerte no llegó a morderme ni botarme (tengo experiencias en ambas).
En el PC 5 de Melipilla, a las 8:30 hrs., me desabrigué para hacer el último tramo hacia la meta, que sería cada vez más caluroso. No comí completo en este lugar porque me sentía excelente del estómago habiendo comido “muchos pocos” durante toda la ruta.
El regreso por el Camino Melipilla fue sin problemas. Aún era temprano, así que no estaba muy saturado de vehículos. Solamente comencé a sentir molestias en las plantas y dedos de mis pies (seguro que algo debo corregir en zapatos, pedales, calas, ajuste o todas las anteriores), así que me lo tomé con calma.
Finalmente, llegué a la meta en Espacio Sustenta a las 11:30 hrs. del domingo, completando la ruta en 18 horas y 30 minutos, y disfruté el delicioso sándwich que la organización de Brevet Chile nos tenía de “premio”, antes de volver a casa al merecido descanso.
Galería de fotos
Todas las fotos son de Brevet Chile.
Gracias x compartir tu experiencia y felicitar tu fortaleza mental para hacer estos largos trayectos.