(...) No tenía presupuestado que fuese tanto el infierno. . . se pasó mal, hubo dolor y pareció eterno...

Casi a mitad de año, en invierno, y precedida de abundante lluvias y frío, esta brevet de 300 kilómetros, me dejó con una buena sensación.

Independiente de la estación, la ruta de esta brevet se mantiene muy exigente. Tiene un desnivel que puede desgastar silenciosamente.

Muy contentos por el desafío logrado, y mejor aun, en buena forma, con buenas sensaciones y habiendo disfrutado la ruta en su totalidad.