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cncarvaj

300 km Vuelta a Alhué

Actualizado: 2 jun

[25/mayo/2024] Casi a mitad de año, en invierno, y precedida de abundante lluvias y frío, esta brevet de 300 kilómetros, la segunda del año para mí, me dejó con una buena sensación. Hice la ruta entera de forma solitaria, en 13,5 horas, sientiéndome muy bien, sin bajones de energía ni molestias.

Pareciera a veces que, luego de muchas brevets a lo largo de años, no quedan muchas más razones para volver a hacer una más, por rutas completamente conocidas, en una distancia que -modestia aparte- se presenta "corta" y "fácil". Esta vez dudé de intentar esta brevet, no sabiendo muy bien la razón. Pero después de comenzar y terminarla, quedé contento de simplemente haber hecho lo que me gusta una vez más, y sintiendo que fue una buena prueba pensando en próximos desafíos del año.

Brevet 300 km "Vuelta a Alhué" - La ruta y puntos de control

La vuelta a Alhué

Esta nueva brevet de 300 km en el papel -se suponía- no tenía una muy alta dificultad en relación con la ruta. Tenía alrededor de 2.000 metros de desnivel positivo acumulado, lo que no es tanto para 300 kilómetros, y sus sectores más “difíciles” se concentraban en 2 lugares de cuestas: las dos pequeñas y encadenadas cuestas “Los Guindos” y “Alhué” que se pasaban 2 veces para llegar y salir de Alhué, y la cuesta “Mallarauco”, de pendiente muy alta aunque de corta distancia, y que se pasaba cerca del kilómetro 270, es decir, casi al final del recorrido.

La partida fue a las 7:00 AM desde el Parque O’Higgins y el camino hasta el primer punto de control (Melipilla, Km. 64) era muy directo, casi por completo siguiendo el Camino Melipilla y su continuación hacia el sur a través de Talagante. El día estaba frío y había un leve pronóstico de lluvia para algunas zonas de la ruta, lo que, en todo caso, no era para tomar especiales precauciones.

Partí abrigado como para un clásico pedaleo en día invernal, esperando un frío aguantable y no extremo. Abrigué bien los pies con buenos calcetines y punteras sobre los zapatos, no usé calzas largas ni pierneras, y arriba usé primera capa, tricota y una chaqueta abrigadora pero ligera. Sólo sumé un cortaviento extra, en caso de sentir más frío durante la brevet.

Después del paso por el PC 1 (Melipilla, Km. 64), continué inmediatamente hacia Alhué, al siguiente punto de control. El camino continuaría sin mayor dificultad y mayormente plano, sólo interrumpido por las dos cortas cuestas antes de Alhué, que hubo que pasar de ida y de vuelta. En el PC 2 de Alhué (Km. 131), que era presencial en la Escuela Sara Troncoso, me percaté que una rueda iba perdiendo aire debido a un pinchazo microscópico, que me costó un buen rato encontrar y luego otro más largo rato para lograr poner el neumático de vuelta al cambiar la cámara.


En el punto de control N°2, Alhué, reparando un pinchazo antes de continuar.

Ya de vuelta en la ruta, y tras cruzar nuevamente las dos cuestas post-Alhué, el camino de nuevo “se aplanó” bastante y la temperatura se mantuvo helada pero, para mí, bien agradable. Pasamos cerca de Melipilla y nos aproximamos a la localidad de Codigua a través de un camino muy agradable y casi sin tráfico de vehículos.

En el kilómetro 180 aproximadamente, entre el Punto de control 2 (Alhué) y 3 (Codigua).

El PC 3 (Codigua, Km. 204) fue en el Café “Peyacú”, lugar donde me tomé un tiempo para comer un sándwich y una bebida e ir al baño, antes de continuar la marcha alrededor de las 16:00 hrs., y llegar al siguiente punto de control N° 4, en Peñaflor (Km. 273) cerca de las 19:00 hrs., poco después de pasar por la Cuesta Mallarauco en sentido poniente-oriente, ya con el cielo oscuro.

El PC de Peñaflor era en el Restaurante “El Fénix”, que tenía de todo para comer y darse una última carga y descanso antes del último empujón a la meta. A pesar de lo tentador, decidí seguir inmediatamente después de registrar el paso. Pronto aumentaría el frío, así que prefería evitarlo y llegar pronto.

Lo siguiente, un deja-vu de muchas otras brevets: la entrada a Santiago a través del Camino Melipilla, acompañada de algunos bocinazos de conductores irrespetuosos y focalizado sólo en llegar a la meta lo más pronto posible. Allí, en Espacio Sustenta, donde llegué a las 20:30 aprox., además del buen recibimiento de siempre de Brevet Chile, esta vez había deliciosas hamburguesas desde Uncle Fletch para coronar la jornada, la que, al tragármela en 2 segundos, también disfruté y agradecí previo a volver a casa.

(*) Todas las fotos son de Brevet Chile.

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