29/03/2024
Como es tradición en los últimos años para mí, el feriado largo de Semana Santa corresponde pedalear 600 km. La ruta de esta brevet era en gran parte conocida, tenía ocho puntos de control, promediando 68 kilómetros entre ellos.
¿A qué poner atención? Al intenso calor durante el primer día, al muy posible frío durante la noche y los duros repechos de la zona Pichilemu - Rapel que se harían ya con unos 250 kilómetros recorridos.
¿Cómo estaba? Físicamente me encontraba bien y sin molestias. Había mantenido un trabajo constante durante este año, que esperaba trajera beneficios, principalmente para poder ser constante durante toda la ruta, no tener un gran desgaste temprano y así, no sentir un cansancio que pudiera dar paso a sueño a la altura de Rapel aproximadamente.
1. Santiago (Km 0) -> Pumanque (Km 246)
Desde la partida, a las 7:00 AM del viernes 29 de marzo, hasta el punto de control N°1 (Melipilla, Km. 64), el camino estuvo húmedo y algo frío, sin que apareciera aun el calor pronosticado para todo el día. Se hizo muy rápido, entre un grupo compacto, alcanzando el PC 1 a las 8:40 AM, ubicado en el clásico punto de muchas brevets, el local de completos “El Halcón”. Por la hora de la mañana, y como recién estábamos iniciando, esta parada fue express y seguí casi inmediatamente hacia el sur rumbo a Alhué (PC 2, Km. 131).
Aquí, ya se empezó a sentir el calor anunciado. Para mi este tramo hasta Alhué era desconocido en bicicleta; tenía 2 pequeñas cuestas encadenadas -“Los Guindos” y “Alhué”-, las que tocó pasarlas con el sol pegando fuerte sobre los hombros. Aquí también me tocó un pinchazo doble, que me tuvo detenido alrededor de una hora, y que logré solucionar bien gracias a la generosa ayuda de otros participantes, llegando a Alhué a las 12:07 hrs. Allí marqué, recargué líquido y continué.
Luego tocó un tramo de 64 kilómetros, bastante plano, que lo realicé junto a otro ciclista, hasta el PC 3 (San José de Marchigüe, Km. 195), marcando allí a las 14:33 hrs. Me sentía perfecto, sin daños por el calor y comiendo de forma constante. El camino hasta PC N°4 (Pumanque, Km. 246) era muy parecido y también se sintió bien. Éste lo hice en solitario, llegando a la Plaza de Pumanque, a las 16:57 hrs.
En mis estimaciones previas, a partir de aquí comenzaba el segmento “de verdad” de esta brevet, compuesto por 3 difíciles tramos que eran, además, lo más largos, con sobre 80 kilómetros cada uno. Éstos llegaban a Pichilemu (PC 5, Km. 330), Rapel (PC 6, Km. 414) y Melipilla (PC 7, Km. 494). Además, si hacía esta parte de forma continua, sería completamente de noche.
2. Pumanque (Km 246) -> Melipilla (Km 494)
El primero de estos segmentos era una seguidilla eterna de repechos. Lo hice con harta paciencia, sin forzar, comenzando a sentir el frío viento costero que helaba el cuerpo en las bajadas, hasta dar con Pichilemu recién caída la noche. Las calles estaban llenas de autos y gente, así que se hizo lento dar con el Parque Ross, lugar donde marqué a las 20:55 hrs. (PC 5, Km. 330). En este lugar, además de tomarme un café y una Coca-Cola, me abrigué sólo parcialmente (primera capa, cortaviento y punteras de pies), ya que se venía un tramo que, aunque con frío, igual nos haría transpirar.
El segundo tramo iniciaba con un “repechito” de unos 16 kilómetros, saliendo de Pichilemu. Pasada esa subida, continuaba el frío, aunque no en extremo, acompañado de una alta humedad. Felizmente, pasada la cuesta, el camino se “aplanó”. Las piernas lo agradecieron y se hizo incluso entretenido. Continuaba pedaleando en solitario. Me recordé de extremar la precaución, sobre todo por la densa neblina que le puso la dificultad a este camino, y lo que menos quería era “comerme” un hoyo con consecuencias, allí sólo en medio de la noche.
Se pasó relativamente rápido el pedaleo hasta dar con la bajada que anticipa el Punto de Control en Rapel (PC 6, Km. 414), en la Escuela Francisco Chávez, otro lugar clásico de las brevets, y el primer punto presencial en esta ocasión, que contaba con excelente comida, baños, y buen lugar para descansar y reponerse completamente.
Mi plan se cumplía hasta aquí. Había llegado a Rapel a una hora prudente de la noche (1:31 hrs.), sin problemas de tiempo y podía evaluar tranquilo si seguir o dormir. Me sentía bien y no había tenido signos de sueño, así que decidí continuar luego de comer una pizza, recargar líquidos y abrigarme un poco más (agregué chaqueta y calcetines de invierno). Sabía que el siguiente y último tramo de esta “zona roja”, me tomaría todo el resto de la noche y, en mi experiencia, estas horas son engañosas. No sentir sueño no garantiza nada, y éste puede aparecer con todo en los siguientes 5 minutos. Por lo mismo, desde Rapel me llevé una Red Bull para el camino. Por suerte, no me atacó el sueño en todo el trayecto. Solamente hubo un amago, que desapareció instantáneamente cuando, cerca de Codigua, un perro furioso se acercó con dudosas intenciones hacia mí.
A Melipilla (PC 7, Km. 494) llegué a las 6:32 hrs. Esta vez sí cumplí con el ritual obligatorio y disfruté un completo y bebida en “El Halcón”, junto con Néstor y Pato que habían llegado ahí antes que yo. El “manjar” también sirvió de premio por haber superado la parte más difícil de la brevet, quedando ya sólo el último “concho”.
3. Melipilla (Km 494) -> Meta (Km 607)
Estaba cerca el amanecer y me mantuve abrigado como estaba, ya que aun habría frío en el camino que se venía.
Afortunadamente, este último tramo no tenía mucha exigencia en desnivel, y hacerlo a primeras horas del día lo hacía bastante tranquilo, sin demasiado tráfico. Fue casi un "descanso" sobre la bicicleta; avanzar y avanzar por Talagante, Isla de Maipo y otros lugares, viendo salir el sol y esperando que apareciera el siguiente punto de control.
En el sector de Isla de Maipo más o menos, alrededor de las 9:00 hrs., me comencé a cruzar con los participantes de la brevet 200 km, que se hacía este sábado, e iban en sentido inverso. Ver amanecer, ver más gente y vida siempre es bueno, luego de pasar varias horas pedaleando de noche por lugares solitarios.
Hasta que por fin di con el último punto de control, el N°8 en Alto Jahuel (Km. 560), a las 9:51 hrs. Mientras buscada el QR para marcar el paso (que no estaba), llegaron de nuevo Pato y Néstor. Aquí me desabrigué entero nuevamente y esta vez partimos los tres juntos desde aquí hasta la meta. Motivados por la proximidad del final, tratamos de “hacerla corta” y llegamos a Pirque en un tiempo bastante bueno para el estado en que estábamos. Desde ahí, y tras la pasada por el centro de Puente Alto, sólo nos quedaba pedalear a través de Av. Vicuña Mackenna lo más rápido que pudiésemos hasta el final.
Finalmente, llegamos a meta a las 11:50 hrs., y comencé a sentir el agotamiento por habernos exigido quizás más de lo previsto en el último tramo urbano. Con todo, me sentía muy bien y contento, más que por el inesperado tiempo para mí (casi 29 horas), por haberme sentido bien en todo momento, de forma constante, sin bajones, sin golpes de cansancio o sueño. Allí en la meta, tomé jugo hasta que me cansé y disfruté del rico sándwich que, una vez más, la organización de Brevet Chile tenía para nosotros.
Balance
Esta Brevet 600 km., tenía un día muy caluroso y una noche completa que podía llegar a ser muy fría. Cómo enfrentar esos contrastes era un primer asunto que resolver, lo que en mi caso fue exitoso, ya que no me sobró ni faltó ropa para pedalear sin problemas a través de la noche, sin detenciones muy largas.
Por otra parte, para mí, la brevet se podía dividir en 3 segmentos:
Km. 1 hasta el Km. 246 (PC 4, Pumanque). Segmento de baja dificultad, con sólo las cuestas “Los Guindos” y “Alhué” como grandes “eventos”, que tampoco eran muy terribles. Aquí se podría avanzar rápido, pero cuidando no agotar energías por el calor y la tentación de pasarse de revoluciones en la intensidad.
Km. 246 (PC 4, Pumanque) hasta el Km. 494 (PC 7, Melipilla). El segmento más duro, con 248 kilómetros con mucho desnivel (unos 3.200 metros), repartidos en una seguidilla de múltiples repechos, y que se realizaría casi enteramente de noche.
Km. 494 (PC 7, Melipilla) hasta la meta. El “concho” fácil. 108 kilómetros de menor dificultad, hechos de día, sin ninguna gran cuesta y con el impulso de comenzar a ver cada vez mas cerca la meta.
En general, mi balance fue positivo, principalmente porque pude realizarla de forma continua, sin mayores percances, sin molestias físicas, ni grandes mermas a medida que avanzó la ruta, lo que en otras ocasiones sí me había ocurrido, especialmente en el último cuarto de la ruta. Debo estar mejor preparado para pinchazos, que es la falla más común y básica que podemos enfrentar. Tener un mejor bombín, revisar los neumáticos y mejorar el cómo montarlos en las llantas queda como tarea.
Cómo fui y qué llevé
Vestido: calza corta, tricota manga corta de verano.
Ropa adicional: primera capa, cortaviento, chaqueta delgada, calcetines gruesos de recambio, “cuello” (no lo ocupé) y guantes largos (no los ocupé).
Comida: barritas, geles, gomitas dulces, carbohidratos en polvo y pan (4 hallullas, con manjar y salame).
En bicicleta: luz delantera, luz roja trasera, 1 bolso “seatbag” chico, 1 bolso en tubo horizontal y un bolso “toptube”.
En seatbag: 2 cámaras, desmontadores, pinza, bombín, CO2, calcetines gruesos, chaqueta delgada y lubricante para cadena.
En bolso tubo horizontal: 2 cámaras, luces delantera y trasera de repuesto (no las ocupé), luz frontal para casco (no la ocupé), guantes largos (no los ocupé), crema “chamois”, amarras elásticas, tarjeta brevet y comida.
En bolso “toptube”: más comida y cables.
(*) Todas las fotos son de Brevet Chile.
Link de la ruta en Strava: