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[2023] 400 km - Vuelta a Tunquén

Actualizado: 4 jun

El último ensayo para la París-Brest-París 2023


La previa

En julio del 2023 tenía ya prácticamente todo resuelto para mi participación en la París-Brest-París 2023, en agosto. Y este mes, en lo que parece ser una tradición del calendario de Brevet Chile, tocaba una brevet “invernal”, con las dificultades propias que esto trae.

La brevet de 400 km para muchos(as) es considerada como la primera brevet “larga”. Y esta brevet de 400 km “Vuelta a Tunquén” asomó como una muy buena oportunidad para hacer una “puesta a punto” final; para probar todo de cara a la PBP. Pero . . . tocó un día muy lluvioso y el panorama asustaba: la misma lluvia, riesgos de fallas mecánicas y accidentes, frío, humedad y un par de duras cuestas.

Así que el 22 de julio, a las 16:00, bajo un intenso chaparrón, estaba lleno de dudas en el minuto de la partida.


¿Cómo afrontaría este “ensayo general” para la PBP?


Primero, sin la bicicleta que usaría en la PBP (¡cuec!). La bici “oficial” estaba en un ajuste mecánico y no estuvo lista para esta fecha. Así que fui en bici de ruta con frenos de herradura y neumáticos lisos de 25 mm. Quizás no era lo más recomendado para las condiciones, pero tampoco era algo inhabilitante para intentar la brevet.

Mi ropa puesta fue: calza corta, zapato forrado en plástico “alusa” y encima un cubrecalzado, primera capa delgada, tricota manga corta, chaqueta delgada y chaqueta impermeable. Pierneras y guantes descartados mientras lloviera. Mi ropa en bolso: un par de calcetines secos de recambio (igual se mojaron), guantes largos, pierneras y gorro. Partí abrigado con casi toda la ropa que llevaba y que mantendría puesta en casi toda la brevet.

Por último, estrené un bolso en el cuadro de la bicicleta (que tenía pensado llevar a la PBP), donde puse toda la comida. Me permitió probar cómo reaccionaba al agua y achicar mi carga en el sillín, con un seatbag muy pequeño.

Parque O'Higgins, 22 de julio 2023. Partida de la Brevet 400 km Centenario (Foto de Brevet Chile).

La Brevet

Como se esperaba, los primeros kilómetros bajo la intensa lluvia fueron muy riesgosos. En condiciones normales, este tramo sería relativamente rápido, pero esta vez fue lento, accidentado y exigió máxima prudencia y concentración.

Las calles inundadas y el alto tráfico de vehículos se mezclaron con la instantánea destrucción de cualquier expectativa (si es que había) de mantener alguna parte del cuerpo seca. Lamentablemente, un ciclista tuvo un accidente en este tramo, pero por suerte no tuvo consecuencias graves para él.

En todo este segmento mantuve la duda de si seguir o no, resolviendo siempre con el infalible “ahí iremos viendo”.

En el primer punto de control (Tiltil, Km. 67) aun llovía a las 18:30, aunque menos intenso que al inicio, lo que era auspicioso para seguir hacia Villa Alemana pasando la Cuesta La Dormida. A pesar del frío y la lluvia, me sentía bien de temperatura hasta aquí.

Mientras subía los 11 kilómetros de la cuesta, se detuvo la lluvia, pero se hizo más notorio el frío y humedad. Al llegar a la cima, el frío se acentuó por ir entero mojado. Previo al descenso, me puse guantes y una luz frontal en el casco. La bajada, además de muy fría, fue muy riesgosa y agotadora en las manos, ya que enfrenté el pavimento mojado y la oscuridad con neumáticos lisos y delgados. 

Ya abajo, en la V Región, pasando a través de Olmué y Limache, el camino fue tranquilo pero igual mantuve la prudencia. Quizás por la lluvia, no había un muy alto tránsito de vehículos, como sería en un sábado normal a las 20:00 hrs.

En el PC 2, en Villa Alemana (Km. 121), 21:30, me re-confirmé que esta brevet habría que terminarla. Aunque se venía muy dura, quizás lo peor ya había pasado.

A continuación, tocaba 71 kilómetros hasta el PC 3, en Tunquén. Salvo por el frío -que seguía y aumentaría más adelante-, este tramo no tuvo mayores complicaciones y fue relativamente rápido. Pasamos por el sector de “sube y baja” de Lo Orozco y luego por un camino muy oscuro e inhóspito cercano a la costa, sumando ahora un fuerte viento.



A las 1:15 AM aprox., salí del PC 3 de Tunquén (Km. 192), para pasar “el muro de Tunquén”. La dureza de esta cuesta sirvió para pasar el intenso frío que sentía.

Con Víctor Sanchez, con quien coincidimos en Tunquén, nos acompañamos por un rato, en el camino hacia Casablanca (PC 4, Km. 223), donde estaba el primer y único punto presencial de la brevet.

El camino estaba bastante malo y tuve un pinchazo al “comerme” un hoyo. Por suerte, fue a poca distancia del PC y éste tenía un servicio de ayuda mecánica, lo cual agradecí mucho.

En el PC 3, donde marqué a las 3:00 AM, mientras me ayudaban reparando el pinchazo, pude comer, descansar e ir al baño. Quise cambiar los calcetines húmedos por unos secos, pero también estaban mojados los de recambio, así que opté por reacomodarme los pies con los calcetines que llevaba, papel, unas bolsas plásticas y los cubre calzados.

Listo para reanudar, y aunque el frío no disminuía, me sentía bien y satisfecho de cómo había venido preparado, ya que no estaba sufriendo.

PC 3 en Casablanca.
Descanso y reponedor maruchán en el PC 3 de Casablanca.

Del camino al siguiente PC (PC 4, Leyda, Km. 293), sólo recuerdo el tramo de unos 10 km de tierra, que se hizo muy duro y lento producto de la lluvia.

Alcancé el PC 4 a las 7:45 AM y seguí directamente al siguiente PC en Melipilla (Km. 328), llegando a las 9:40 AM. Allí, tampoco estuve mucho rato, lo suficiente para un café bien caliente y cargado (omití el clásico “completo” en este lugar).

Finalmente, el último tramo, por camino Melipilla durante la mañana del domingo, fue bastante tranquilo y sin sorpresas, sin mucha actividad ni tantos autos como es habitual en este camino. A las 13:00 estaba ya en la meta.

Domingo 23 de julio. Segmento de tierra entre Casablanca y Leyda (Foto de Brevet Chile)

El balance fue muy positivo.


Primero, completé -y en buena forma- la brevet más dura en que había participado hasta aquí. Segundo, las decisiones de ropa y equipamiento fueron casi perfectas. No sufrí del frío (tampoco en los pies) y no me sofoqué de calor al subir cuestas, partí y llegué vestido igual. También pasaron con nota alta el bolso en el cuadro y la comida que llevé. Todo eso me dio seguridad y confianza para el gran desafío que se venía en un mes en Francia.

Felicidad en la meta.
Transmisión de la bicicleta luego de la brevet.




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